Regreso con esta sección en la que
hablo de los prototipos de protagonistas masculinos que abundan en las novelas
románticas y que tienen tanto éxito. Ya he tratado a los afamados highlanders y
sus kilts, a los vaqueros y como no, a los vampiros, que aunque ahora no están
en alza, todos sabemos lo atrayentes que fueron no hace mucho tiempo.
Ahora me gustaría hablar de otro tipo
de galanes, unos que a lo mejor no son tan identificables, sobre todo porque la
novela romántica histórica no es la más visible ahora mismo, pero tiene muchas
seguidoras y es uno de mis géneros favoritos. En las novelas históricas de
romance hay un galán por excelencia: el noble.
Los nobles se organizan de forma
jerárquica y no es lo mismo ser un barón que un duque. Cuanto más alto se esté
en la pirámide, más poderoso y rico suele ser.
Realeza
Duque
Marqués
Conde
Vizconde
Barón
La erótica del poder es algo muy real
y aunque suene un poco fuerte, un día un profesor nos lo explicó de esta forma.
En el reino animal, el macho más fuerte gusta más a las hembras, en el mundo
humano, esa fuerza se traduce en el poder, que puede venir por el dinero sobre
todo, la posición en sociedad, la fama, etc. Por eso tantos cantantes o actores tienen muchas admiradoras o admiradores, aunque obviamente no siempre es así, es algo que sucede. Que muchos de los protagonistas de
novelas románticas sean ricos no es casualidad, la holgura económica es un
atractivo más que se le añade a sus protagonistas para hacerlos más deseables,
el caso más famoso ahora mismo es el de Christian Grey, cuya cualidad más
conocida es la de ser muy, muy rico, además de guapo, misterioso, etc.
Todo esto lo utilizo para explicar por
qué los nobles en las novelas históricas son tan atractivos. En este tipo de
novelas las mujeres protagonistas suelen tener, por deseo propio o por
obligación, la necesidad de casarse bien, es decir, con alguien igual de
importante, en caso de ser hijas de nobles poderosos, o con un puesto más
elevado al suyo. A ser posible con dinero y en caso de ser nobles pero pobres,
podrían contraer matrimonio con burgueses adinerados que estuviesen en busca de
un título nobiliario para escalar en la pirámide social. Por lo tanto, en
muchas novelas, para que haya un final feliz y perfecto, el protagonista es un
hombre rico y de alta posición social. Los duques suelen tener el mayor atractivo
por todo el poder que reúnen, tanto económico y político como social. Esto
también era muy importante, porque si era poderoso en ese aspecto, podría
soportar que en su familia hubiera algún escándalo y gracias a su posición,
poder pasarlo sin perder el honor y la buena opinión pública. Esto también
facilita que protagonistas de escasa posición o recursos económicos puedan
terminar casadas con un protagonista de estas características. Chica pobre pero
bonita, casada con un hombre casi perfecto.
Un duque con buen corazón que ayuda a
los pobres, que es bueno con su familia, que es guapo y generoso, que se
preocupa por sus empleados y que parece inalcanzable pero que se enamora de la
no tan afortunada protagonista de la novela es una premisa que muchas veces
resulta atractiva. Obviamente no siempre va a seguir este patrón, puede variar
pero es un hecho que los Condes son casi siempre más atractivos que los
barones.
Hay muchas novelas con estas características
y que explotan bien el recurso de los protagonistas bien posicionados en la
nobleza, los primeros que se me vienen a la cabeza y que recomiendo sin dudar,
son los libros de la serie Bridgerton, escritos por Julia Quinn. El primer título
es El duque y yo, al que le sigue El vizconde que me amó… los siguientes
títulos no son tan idóneos para lo que estoy tratando, pero se puede ver en
estos dos como se refleja lo que os he contado. Dos hombres guapos, jóvenes y
poderosos que son, en su conjunto, muy atractivos, se fijan en estas chicas que
nunca se lo hubieran esperado. Son dos buenas novelas, os las recomiendo aunque
mi favorita es Seduciendo a Mr. Bridgerton, la cuarta de la serie,
merece mucho la pena.
Otra serie de romance histórico que me
gustó bastante es la escrita por Mary Balogh, una de las mejores autoras del género,
y me refiero a la serie Bedwyn, en la que los protagonistas, como sucedía en la
de Julia Quinn, son los hermanos de una familia. El libro que más me interesaba
y que más me gustó es que el se refiere a lord Bewcastle, el hermano mayor y
duque, Ligeramente peligroso. Tengo
reseñas de algunos títulos de la serie, pero no todos, aunque la leí entera se
me hizo largo reseñar tantas novelas.
Magia prohibida es una novela de Jo Beverly en la que
la protagonista es una mujer pobre a cargo de sus cuatro hermanos y que será
ayudada por el conde de Saxonhurst (cambiamos de duque a conde, también muy
popular). Es una novela que me gustó mucho, a diferencia de otras obras de
Beverly, que no me entusiasmaron tanto y en la que se ve mejor el poder de un
conde poderoso en contraste con la precaria posición de la protagonista. Hay
algún elemento mágico por el medio y aunque no me suele gustar que este tipo de
temas se incluya, lo perdono por lo que me gustó la novela.
La serie de las Wallflowers (floreros)
de Lisa Kleypas también toca un poco este tema, aunque algunos de los
protagonistas más que título tiene dinero. Mi favorito es El diablo en invierno, ya que la más tímida de las protagonistas
está con el más rebelde y mujeriego de los hombres que se presentan en la
serie. Es un vizconde, pero con una vida un poco diferente. Este título no
muestra tanto el poder que tiene, ya que le falta el dinero en un principio,
pero vemos que él rescata a Evie de una vida horrible, aunque por propio egoísmo.
Aunque yo creo que habría estado mejor con más recorrido y más páginas, es
interesante ver la evolución de estos personajes y de su relación.

En fin, este tipo de patrones incluso
podemos verlos en los clásicos, ahí está el famoso Mr. Darcy de Jane Austen,
tan rico y bien posicionado, incluso el Señor Rochester de Jane
Eyre es conde.
Como podéis ver, los galanes nobles triunfan en las noveles románticas históricas, su atractivo está claro y tal vez esa situación de poder es lo que hace que tantas novelas de regencia estén entre las favoritas de las lectoras de romántica. Por mi parte, creo que ese poder es parte del atractivo que lleva a las autoras del género a colocar en esa posición a muchos de sus protagonistas, pero ¿vosotras qué pensáis? ¿alguno de vuestros protagonistas favoritos es duque o vizconde? ¿os gustan las novelas protagonizadas por este tipo de galanes?
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-¿Piensa que soy atractivo, Jane? -No, señor. |
PD. Puede que todo se reduzca a que la ropa de la época gusta mucho, por eso tantos protagonistas de series o películas de estas características tienen tanto éxito.
Otros desvaríos: