Reseña: Rubén Darío. La vida errante, Rocío Oviedo y Julio Vélez-Sainz

 

Rubén Darío. La vida errante


Título: Rubén Darío. La vida errante

Autores: Rocío Oviedo y Julio Vélez-Sainz

Editorial: Cátedra 

ISBN: 978-84-376-4321-2

Año de publicación: 2021

Páginas: 484

Género: Biografía, Ensayo

Libro único

 

Sinopsis

Pocos personajes de la literatura hispánica cuentan con una figura tan compleja e influyente como la de Rubén Darío. Inabarcable e inmarcesible, la obra de este escritor dejó una huella honda en la poesía, pero también en otros géneros que hoy no siempre asociamos con él, como la crónica periodística, de la cual dependió económicamente durante buena parte de su vida y que ejerció incansablemente en distintos países. Escritor, periodista, diplomático y hombre de mundo, se labró una notable fama de artista bohemio y temperamento genial, a la que su propia pluma contribuyó con no pocos pasajes de carácter biográfico. Basada en una exhaustiva documentación, y evitando los excesos novelescos y la hagiografía, este libro permite un acercamiento natural y completo a la persona de Rubén Darío, en cuya obra se encapsulan varios de los más grandes movimientos literarios del siglo XX, que en distintas ocasiones previó y prologó.

*Gracias a Masa crítica por el ejemplar.

 

Mi opinión:

 

Cuando vi esta biografía del poeta nicaragüense me llamó inmediatamente la atención, pues ya había leído en el pasado una biografía de esta misma colección pero de Gustavo Adolfo Bécquer. Mi experiencia había sido buena así que me lancé a la piscina de nuevo.

Rubén Darío no figura en la lista de mis autores hispanos favoritos pero está claro que marcó una época y pensé que sabiendo más sobre su vida conseguiría sentir más interés por su obra, sentirme más cercana después de un conocimiento más profundo de su vida.

Esperaba encontrar una biografía bastante documentada y avalada por una amplia bibliografía, y eso sí que me lo encontré, sin lugar a dudas. Estamos ante un trabajo documental inmenso, con mucho respaldo detrás. Qué pena que esto sea un punto que no me ayudó en nada a interesarme por lo que me contaban.


[Extracto del libro]

En verdad, vivo de poesía. Mi ilusión tuvo una magnificencia salomónica. Amo la hermosura, el poder, la gracia, el dinero, el lujo, los besos y la música. No soy más que un hombre de arte. No sirvo para otra cosa. Creo en Dios, me atrae el misterio; me abisman el ensueño y la muerte; he leído muchos filósofos y no sé una palabra de filosofía. Tengo, sí, un epicureísmo a mi manera: gocen todo lo posible el ama y el cuerpo sobre la tierra, y hágase lo posible por seguir gozando en la otra vida. Lo cual quiere decir que lo veo todo en rosa.


Aunque la estructura recuerda a Vida y obra de Bécquer he encontrado el estilo mucho más cercano al plano académico. Lo definiría como una obra enfocada a un público especializado, no para un lector casual. Aunque estudié filología hispánica no era lo que buscaba, siempre apuesto por un estilo más ameno y didáctico en lo personal. En La vida errante sentí que la narración era densa y que incluso divagaba al explayarse en obras o comentarios de personas cercanas a Darío. La magnitud de fragmentos citados y el punto de vista tan poco personal que adopta el ensayo para mí, y repito que es mi gusto personal, no ha sido de ayuda.

Admito que me he perdido un poco entre sus viajes, las numerosas ediciones de sus obras, sus muchos amigos, sus varias mujeres y sus diversas relaciones con los gobiernos y periódicos. Desde luego el título le hace justicia, Rubén Darío sin duda vivió de forma errante.

Me quedo con que he podido apreciar su genialidad pese a que no comparto su estilo de vida. Era tan joven cuando se descubrió su talento que pienso que tenía altas capacidades. Su pasión por la lectura, por el idioma, por crear algo nuevo… Me parece único.


[Extracto del libro]

La salvación, por tanto, se encuentra en la educación, idea que desde sus orígenes krauso-institucionistas afecta a toda la generación del 98, y más aún en España, donde, en palabras de Darío, “el número de analfabetos es colosal, comparado con cualquier estadística. En ninguna parte de Europa está más descuidada la enseñanza”. Darío señala la falta de vocación de los maestros y la situación irregular de los estudios. Opinión que confirma Unamuno desde una actitud aún más crítica para con la sociedad: “la triste verdad es que se menosprecia a los maestros. Cuidar caballos produce más que desasnar niños”.

 

Como lectora que disfruta de las biografías creo que esta no es de mi estilo, es demasiado académica pero no se puede dudar de su calidad y del trabajo que hay detrás. Si os encanta este autor sí que la recomendaría pero si solo queréis saber un poco más de él creo que otras opciones serían las más acertadas.

La edición es de tapa blanda con solapas, cómodo y flexible pero las notas no están al pie de página, sino al final y eso para mí es un gran punto negativo, ya que entorpece mucho la lectura y con el tiempo dejo de leerlas.

 

Una biografía que no considero que sea para un público generalista pero que sin duda tiene mucho trabajo detrás. Con un estilo muy académico repasa la vida de Rubén Darío.

 

 

Rey de los hidalgos, señor de los tristes,

Que de fuerza alientas y de ensueños vistes,

Coronado de áureo yelmo de ilusión;

Que nadie ha podido vencer todavía,

Por la adarga al brazo, toda fantasía,

Y lanza en ristre, toda corazón.

 

 

¡Hay que leerlo!