Memorias de una geisha
Título: Memorias de una geisha
Autor: Arthur Golden
Traducción: Pilar Vázquez
Editorial: Suma de letras
ISBN: 978-84-96463-21-4
Año de publicación: 2006
Páginas: 584
Género: Histórica, Romántica
Libro único
Sinopsis
En Memorias de una
geisha Arthur Golden abre una ventana a al hermético y misterioso mundo de las
geishas de Kyoto, donde la sensualidad y la belleza se dan la mano con la
degradación y el sometimiento. Poco antes de su muerte, Sayuri relata a un
amigo su atribulada y fascinante vida: cómo, desde una mísera infancia, llegó a
convertirse en una de las geishas más famosas del Japón de entreguerras, un
país en el que aún resonaban los ecos feudales y donde las tradiciones
ancestrales empezaban a convivir con los modos del mundo moderno. Apasionante y
sorprendente, Memorias de una geisha ha batido récords de permanencia en las
listas de superventas de todo el mundo y conquistado a lectores en más de
veintiséis idiomas.
Mi opinión:
Chiyo ha crecido en
un pueblo pesquero junto a sus padres y a su hermana Satsu. Había sido feliz en su sencilla vida
hasta que su madre enfermó. A pesar de las visitas del médico no mejoraba y un
día vino a buscarlas a ella y a su hermana el señor Tanaka. Este había hablado
con algo de su padre y tras unos días de un silencio inquietante había aceptado
que el señor Tanaka se llevase a sus hijas a Kioto.
La pequeña Chiyo llegó a una ciudad que nunca había visto,
ni ella ni su hermana comprendían lo que estaba pasando. El señor Tanaka
hizo que las viera una señora de una casa elegante: Chiyo fue aceptada, Satsu
no.
Más adelante Chiyo
supo que había sido vendida para convertirse en geisha de la okiya, mientras que su hermana Satsu había
sido entregada al barrio del placer para ejercer como prostituta.
En todo momento su intención es huir pero tras unos cuantos
incidentes acaba dándose cuenta de que está atrapada. La amabilidad de un
desconocido en la calle será el único aliento que reciba y convertirse en
geisha será su objetivo final, solo así cree que logrará recuperar un poco de
la libertad que le arrebataron y la posibilidad de ser amada, pero la vida de
una geisha no es fácil.
El mundo de la flor
y el sauce requiere entrega total, un trabajo minucioso y agotador que no
siempre recibe recompensa.
Además, Chiyo, más tarde Sayuri, tendrá que lidiar con Hatsumomo, la principal
geisha de la okiya y que ve en ella a una contrincante que aplastar.
Hace años que leí este libro por primera vez, en realidad, era adolescente todavía y debo decir que me impactó. Me fascinó el mundo de las geishas y de Japón, por aquel entonces no podía buscar otras lecturas similares, pero ahí empezó mi pasión por la novela histórica.
Memorias
de una geisha, además de contarnos la historia de
una niña que crece y sigue un objetivo en un mundo adverso, presenta una
narración que le da un toque especial.
El enfoque que le proporciona el autor es muy subjetivo, Chiyo/Sayuri nos
cuenta su vida como si la estuviera rememorando y no olvida impregnarlo todo
con sus sentimientos. Este hecho le aporta vida a la lectura, porque entendemos
en todo momento como se siente Sayuri, eso es incluso más importante que lo que
sucede, por eso es tan fácil empatizar con la protagonista y por eso nos deja
una huella tan profunda una vez llegamos al final de su historia.
[Extracto del libro]
Ciertamente nunca había pensado así en la Abuela. Me sorprendí preguntándome si ella también habría empezado la vida de la misma manera que yo. Lo mismo daba que ella fuera una anciana mezquina y o sólo una chiquilla luchadora. Una vida injusta podía volver mezquino a cualquiera, ¿o no? Me acordaba estupendamente de que un día, allá en Yoroido, un muchacho me tiró a una zarza. Para cuando conseguí desenredarme y salir estaba que mordía. Si sólo unos minutos de sufrimiento había bastado para ponerme en es estado, ¿qué no podrían hacer años y años de sufrimiento? Incluso las rocas terminan erosionándose con la lluvia.
Uno de los aspectos que ayuda a que suceda esto creo que es
el ver crecer a la protagonista. La conocemos desde que es una niña pequeña,
nos cuenta cómo es vivir en esa pequeña aldea pesquera y luego vivimos con ella
su venta a la okiya, la sorpresa y el pánico inicial. También es una situación propicia para que junto a
ella el lector vaya conociendo poco a poco el mundo de las geishas, como se
comienza y qué se espera de ellas.
El funcionamiento de la okiya, las hermanas mayores, el
debut como maiko, la importancia de las clases, etc. se narra de una buena forma
en este libro, muy fiel a lo que la especialista Liza Dalby cuenta en su tesis.
En la parte más centrada en la trama tenemos a una clara
antagonista y a un interés romántico. Sayuri se enamora desde muy joven y
quizá eso es lo que menos me gusta del libro, que todo en su vida gira en torno
a ese amor que ella tiene en su mente. Con una perspectiva adulta puedo
decir que depende demasiado de eso para superarse e incluso está dispuesta a
arriesgarlo todo, no me parece lo más sano o bonito de todo, especialmente si
tenemos en cuenta su juventud.
[Extracto del libro]
La pena es una cosa extraña; nos deja totalmente desamparados. Es como una ventana que se abriera sola; la habitación se queda fría, y lo único que podemos hacer es tiritar. Pero cada vez se abre un poco menos y un poco menos, hasta que un día nos preguntamos qué habrá pasado con ella.
Sayuri es el personaje más profundo, pero el resto está
bien caracterizado y la ambientación es lo que más destaca junto a la
narración. Todo ello hace de esta novela una lectura destacable, que merece
mucho la pena y que por algo se ha convertido en todo un referente para
aquellas personas que se acercan por primera vez al mundo de ficción ambientada
en Japón.
Mi experiencia en esta relectura ha
sido muy buena, es un libro al que me gusta volver con los años porque sigo
fascinada con la época, el mundo de las geishas y la historia de superación de
la protagonista.
Lo recomiendo muchísimo, si os atrae la historia dadle una oportunidad y no
tengáis miedo porque es un libro que ya tiene años. A veces la cantidad de novedades
nos puede cegar pero hay una gran cantidad de novelas preciosas que se han
publicado a lo largo de los últimos años que son igual de interesantes.
[Extracto del libro]
—(…) No nos hacemos geishas para tener una vida gratificante. Nos hacemos geishas porque no tenemos elección.
Quisiera hacer un apunte especial para la película ya que
estoy. Es una versión un poco libre, no me gustó mucho que no estuviera rodada
íntegramente en Japón o que escogiesen actrices chinas para protagonizarla pero
no deja de ser una novela estadounidense pensada para un público occidental,
así que no me extraña tanto que la “occidentalizaran”. Los quimonos o los
peinados, por ejemplo, no son fieles a la realidad pero quedan muy bien. Sí
logra transmitir la esencia del Japón de principios del siglo XX y del
contraste entre lo tradicional y lo moderno. Las actuaciones son muy buenas y
los escenarios preciosos. Cambian alguna cosa y se entiende todo mejor en el
libro pero sin duda merece la pena el visionado, la recomiendo tanto como el
libro.
Eso es todo por mi parte, espero vuestros comentarios tanto
si la habéis leído como si no y espero que disfrutéis de muy buenas lecturas.
Un libro al que su fama le precede, y con razón. Memorias de una geisha es una novela completa, que mezcla historia y tradición junto a la historia de su pervivencia de una niña que crece para perseguir el amor y la libertad.
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