Estos últimos meses no he estado muy activa en la blogosfera y redes sociales, intento subir algo cuando es posible y lo que hoy me trae aquí es un tema que ha tomado gran protagonismo por los lares literarios.
Cuando
la editorial Puck anunció su nueva publicación de Jennifer L. Armentrout no me
fijé especialmente. Ahora mismo estoy pasando por una sequía lectora y por lo
tanto estoy desconectada de las novedades, además, ya tengo una saga empezada
justo de esa autora y de momento no me planteo iniciar otra.
Lo
que llamó mi atención fue el intenso
debate que se armó en torno a la portada que la editorial había hecho para el
título De sangre y cenizas. Se
anunció el diseño a través de las redes sociales de Puck y no tardaron en
llegar los comentarios emocionados debido a una nueva traducción al español de
esta autora; pero también llegaron las muestras de disgusto hacia el diseño.
Fueron tan numerosas las quejas (muchas de ellas pidiendo que se mantuviera la versión
inglesa) que finalmente Puck decidió hacer un cambio radical y optar por un
diseño muy parecido al original.
¿Cuál
es el meollo del asunto aquí? Hay varias cuestiones interesantes para abrir un
debate, el primero de ellos sería preguntarse si ha sido correcto que la
editorial reculase en último momento y cambiase la portada debido a los comentarios
negativos. En un principio, diría que sí, puesto que no deja de ser un negocio
y sin ventas su propósito no tendría sentido. Si tus posibles compradores te
dicen que no les gusta el producto, es de sabios rectificar.
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Primera versión de la portada española |
No
obstante, ¿hasta qué punto podrán los seguidores de redes sociales condicionar
el trabajo artístico de un negocio editorial? Negocio, al fin y al cabo, pero
que no deja de pertenecer al ámbito artístico… Este detalle ha sido resaltado
por varias personas. Las quejas se produjeron sobre todo en Twitter e
Instagram, y también en Facebook. ¿Eran numerosas? Sí, pero no todos los
compradores potenciales siguen y participan en las redes sociales de una
editorial ¿hasta qué punto son sus seguidores representativos?
Ah,
segundo meollo del asunto. Muchas de las personas a las que no le gustó la portada
dejaron como recado que se fijasen en la original. ¿Quiénes suele pensar en las portadas del país de origen? Creo que especialmente podemos citar a las personas que se mueven
en el mundo de los blogs, bookube, bookstagram, rr.ss, etc y después, en la
gente que ya conocía el libro por haberlo leído en inglés. Estas personas
tenían un precedente y muchos argumentaban que no eran una representación de
todo el público, además, el mercado estadounidense y el español son muy
diferentes, así que para aquellos que no conocieran de nada la historia esta
portada podría resultar interesante al encontrarla en una librería.
Las
amenazas de comprar solamente el ebook, de hacerse con la versión en inglés o
incluso de no comprar el libro, no fueron pocas. Lo triste fue que algunas de
las críticas no se detuvieron ahí y fueron más ofensivas, algo que molestó a la
editorial. Al día siguiente subían una foto de la portada nueva, aceptando las
sugerencias pero rechazando las muestras de desprecio tan poco adecuadas y
pidiendo respeto para el equipo de diseño.
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Portada definitiva de la versión española |
El
debate entonces se dirigió hacia la forma de expresar una opinión. ¿La libertad
de expresión es un escudo tras el cual todo vale? Obviamente no, pero por
desgracia nos estamos acostumbrando a ver este tipo de actitudes en las redes
sociales, gracias al anonimato que proporciona internet, y parece que no
importa el tema del que se trate.
Realmente
creo que la editorial ha usado el sentido común al cambiar la portada. Puck no
es una editorial minúscula creada por personas que llevan esto como un proyecto
personal, pertenece a Ediciones Urano y publica, además, en América, no solo en
España. Por lo tanto, al no ser la publicación de esta novela algo propio o
personal, es lógico que optaran por contentar a algunos de sus potenciales
lectores. Sería ridículo negar que a mucha gente le disgustó esa portada, en
otras de sus publicaciones similares nunca hubo una reacción tan grande y tan
centrada en una sola dirección. Si extrapolas esa pequeña muestra de opiniones
lo más seguro es que sean similares a la de la mayoría y afecte a las ventas.
Por
otra parte, el libro es un título de Jennifer L. Armentrout, una autora
superventas muy conocida. Basta que un libro lleve su nombre para que muchas de
sus fans quieran comprarlo y leerlo, aunque no sepan de que trata y sí, muchas
se fijarán en la portada. La mayor parte de las ventas de este título serán,
casi seguro, de una mayoría que ya ha leído anteriormente algo de esta autora,
por lo que el argumento de que la primera portada podría atraer a otro público
no casa del todo aquí. Al publicar a esta autora se busca, creo yo, vender
especialmente a un público ya fidelizado, porque es una apuesta segura.
Si
creemos en la idea de que la portada tiene que mostrar de qué va la historia,
algo que muchas personas señalaron que no hacía la portada número uno, también
pienso que es cierto. No he leído el libro, solo la sinopsis, pero sí he
leído bastantes libros de la autora y conozco su estilo. La portada con la
ilustración de la chica tiene un aire victoriano, me sugiere un libro de
misterio, de fantasía y quizá un poco, de terror. No es una portada que pudiera
pensar a simple vista que casara con una de las novelas de Armentrout. Podría
estar equivocada pero esta idea la sustento en las opiniones de las personas
que ya han leído el libro.
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Ejemplo de portada rediseñada |
Sinceramente,
creo que la editorial no estuvo muy acertada eligiendo ese diseño que para otro
título podría funcionar bien ( y de hecho ya ha sido reutilizado de muy buena forma y con gran aceptación), pero también creo que la manera de algunas
personas de dar su opinión está fuera de lugar. Sin duda ha sido un desencuentro
poco agradable porque no es un plato de buen gusto tener que cambiar de planes
de un día para otro. Tampoco ayuda que esto lleve a algunas personas a pensar
que instala un precedente, al final, por mucho que eso enfade a algunos la
última palabra la tendrán en la editorial.
Lo
bueno que nos deja esto (sí, hay algo bueno) es el sano debate, aprender de los
errores y, no menos importante, toda la publicidad que se ha llevado el libro. En el mundo del
marketing suele decirse que no hay buena o mala publicidad, solo publicidad y
creo que muchas personas, al igual que yo, no se habían fijado demasiado en
este libro, pero ahora lo conocen. Mejor es algo
que nada.
Quiero
cerrar esta reflexión recordando que también había bastantes comentarios de
personas a las que les había gustado la primera versión de la portada. Los
gustos son muy personales y hay muchos, en cualquier caso, espero que los
lectores de De sangre y cenizas
disfruten, todos y todas, de su lectura.
¿Qué opináis? ¿Creéis que la editorial ha hecho bien?
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