Y
por tercera vez vuelvo con esta sección que, espero, os interese aunque sea mínimamente.
En ella, hablo y reflexiono sobre
algunos tipos de protagonistas masculinos que tienen mucho éxito en las novelas
románticas. Anteriormente ya hablé sobre los Highlanders y los Vaqueros. Hoy
me centraré en los Vampiros, que como estoy segura de que ya todas sabemos,
poseen un gran poder de atracción y que hace algunos años tuvieron tanta
presencia en las novelas, tanto en las románticas adultas como en las
juveniles.
Un hombre alto,
elegante, pálido, con los colmillos más largos de lo normal, una mirada sádica
y un terrible vicio: beber sangre humana, preferiblemente la de mujeres.
Posiblemente vista una capa, con lo de moda que están, y también es probable
que sea terriblemente atractivo, a pesar de la palidez enfermiza, los colmillos
y la fotofobia. Con todas estas cualidades ¿cómo no iba a ser el más deseable
de los hombres?
Vampiros
famosos hay muchos, los más conocidos, Drácula y Nosferatu, sobre todo el
primero. Sin embargo, con el paso de los años, la imagen de los vampiros ha
ido cambiando y adaptándose no solo a los nuevos tiempos (¡adiós capas!) sino
también a las temáticas que los acogían.
Me parece que está
fuera de toda duda que el fenómeno Crepúsculo,
por las razones que sean, fue el detonante del «boom vampírico» dentro de la
literatura romántica, y me refiero también a la adulta, no solo a la juvenil.
Personalmente, entré en el mundo de los vampiros por esta saga, pero sé que es
un tema muy explotado y que ya antes había novelas juveniles y adultas sobre
este tema, no obstante, el que llevó la figura del vampiro a las masas durante
un breve (o no tan breve) periodo de tiempo, fueron los libros de Meyer y las
posteriores adaptaciones fílmicas.
No
voy a discutir aquí la calidad de los libros ni de las películas, ni el impacto
que tanta publicidad pudo causar, sino que quiero prestar atención a cómo la
figura del vampiro visto como un galán atractivo, se adapta y tiene éxito
dentro de la literatura romántica.
Cada autora tiene
la maravillosa libertad de tomar este estereotipo y añadir o quitar lo que quiera.
Los vampiros de Meyer han sido criticados por «casi no ser vampiros». Ella les
quitó los colmillos, los hizo invulnerables al sol y a los crucifijos y además,
los hizo «buenos» y por lo tanto, perdieron ese rasgo que mucha gente cree
obligatorio y es que los vampiros sean en cierta medida, terroríficos. Cada uno
los modifica a sus gustos y en este caso, tuvieron éxito.
Vinieron otras
historias juveniles con vampiros como protagonistas, yo no he leído muchas, así
que no puedo daros una gran lista, pero uno de las más conocidas es la saga Medianoche, que a mí tan poco me gustó.
En ella ponen a los vampiros en un instituto: sangre y hormonas, ya
imaginaréis lo que puede pasar. Algo similar ocurren la saga de P.C. Cast
y Kristin Cast. Los libros de L.J.Smith que inspiraron
la serie Vampire Dairies también
tuvieron su época dorada.
En
cuanto a la novela romántica, dentro de la paranormal, creo que los vampiros
siempre ocuparon un puesto especial, sobre todo con la larga saga de Christine
Feehan. Yo he leído algunos libros de la serie, pero la verdad es que todos me
parecen bastante repetitivos y creo que lo único que cambia además de la
variación de la trama, son los nombres de los personajes, pero la serie es muy
leída. También leí a Lara Adrian, cuyos
vampiros forman un grupo que lucha contra los malos y también pasé por los
libros de Sookie Stackhouse, cuya versión en la televisión, la serie True blood, tuvo mucho éxito. Leí
todos los libros menos el último, pero vistas las críticas, no deseo hacerlo. Los
vampiros aquí son presentados de una forma más erótica y puede que más gore. El
erotismo lo vemos en otras novelas románticas, pero True blood tiene algo diferente y ya en la estética de la serie se
ve. Además, nos muestra como conviven vampiros y otros seres sobrenaturales en
un mundo bastante actual y en conocimiento de los humanos.
Ahora ya se me
pasó la fiebre de los vampiros y dejaron de interesarme
bastante. Una lástima, pero supongo que me di un atracón y terminé aburriéndome.
Sin embargo, hace no mucho tiempo, me
encontré con unos libros que dudaba leer, pero cuando me atreví, me sorprendí
de disfrutar tanto con una historia protagonizada por vampiros. ¿Adivináis cuál
es? Me refiero a la saga La Hermandad de
la daga Negra, de J.R.Ward. Los vampiros en este caso también tienen
cualidades que los hacen singulares y diferentes a otro tipo de vampiros, viven
en grupo y vemos cómo evoluciona su vida en conjunto, además de, por supuesto,
sus historias amorosas. Sin embargo, mantienen los colmillos y en ansia por la
sangre, seguramente el requisito más esencial que debe mantener este prototipo.
Podríamos
mencionar otras novelas, como las de Anne Rice o la versión más moderna de los
vampiros que ofrece Guillermo del Toro en su serie The Strain, pero no es mi
intención hacer una recopilación de títulos que incluyen a vampiros, sería
interminable.
Los vampiros
atraen, eso lo sabemos. Considero que su aura oscura, misteriosa, el peligro
intrínseco en su persona es lo que causa esa terrible fascinación. Su necesidad
de sangre a menudo se erotiza en casi todas las novelas de romance que
protagonizan y eso lo hace diferentes y atractivos.
Hay que moldear mucho esta característica para que no nos resulte repulsiva,
hay que ser sutil, de otro modo nos encontramos con historias simplemente de
terror, donde el vampiro da miedo y no atrae, al menos no mucho.
Quizá
la fascinación que provocan sea comparable a la de los tiburones. Seres
perfectos para matar, fuertes, con poder.
La inmortalidad es,
por supuesto, un rasgo llamativo que siempre ayuda a crear un gran dilema entre
una pareja de enamorados: uno vivirá para siempre y otro envejecerá a su lado
(normalmente es la mujer la que envejece). Esto es lo antítesis de un final
feliz en novelas de amor, las cosas no pueden terminar así, por eso muchas
autoras cambian un poquito las cosas, o convierten a la chica en vampiro, o
directamente ya lo es, o el chico deja de serlo, en fin, al ser una trama
paranormal, siempre se puede buscar alguna explicación que sea más o menos verosímil.
El vampiro que es
malo o peligroso para todos menos para una chica especial, la cual será su
amada, también me parece que despierta bastante encanto.
Hace que ella sea especial, que pueda acercarse a un ser que está más allá del
hombre corriente y esa sensación puede llegar a las lectoras.
En conjunto, su
aura peligrosa, misteriosa, el poder y la fuerza que los hace casi invencibles,
la inmortalidad y esa peculiar necesidad de sangre, hace que, aunque a veces
sea difícil de creer, los vampiros sean seductores, fascinantes y que por lo
tanto, puedan ser unos atractivos protagonistas en las novelas románticas.
Me
gustaría saber qué pensáis del tema y que me digáis por qué creéis vosotras que
los vampiros atraen y tienen tanto éxito.
¡Saludos!
Otros desvaríos: