Desvaríos: La importancia del título


Hola a todos, una vez más vengo con una entrada de mi sección favorita “Desvaríos” y en esta ocasión se la dedicaré a la importancia que a mi parecer tienen los títulos de los libros.
Creo que la mayoría compartiréis conmigo la idea de que muchas veces un título nos atrae hacia una lectura determinada y también a la inversa, puede apartarnos de un libro en concreto. Me gustaría repasar la importancia que pueden llegar a  tener los títulos y a hacer una pequeña clasificación de estos, ya que en el mundo literario nos encontramos de todo. Títulos largos, cortos, títulos que pasan inadvertidos, que nos llaman la atención… en fin ¡hay muchos!
 A pesar de toda la variedad y de algunos trucos que hay a la hora de escoger el nombre que le pondrás a tu libro, este paso es muy importante para un escritor y a la vez, muy, muy difícil ¿Por qué? Porque te juegas mucho. Tal vez como lectores no nos demos cuenta de la importancia que le damos, pero os aseguro que muchas veces nos vemos condicionados por lo atractivo o no que nos puede parecer un título.

Títulos que son nombres

En este apartado entran gran cantidad de libros y es que muchos autores optan por bautizar a sus novelas con el nombre de los protagonistas de estas, hay muchos ejemplos y como podremos ver, esto era muy común en el pasado: Emma, de Jane Austen; Madame Bovary, de Flaubert, Jane Eyre, de Charlotte Brontë; Evelina, de Frances Burney;  David Copperfield, de Charles Dickens; Don Juan Tenorio, de Zorrilla; Ana Karerina, de León Tolstoi y ya si buscamos títulos más recientes tenemos también  casos en la novela romántica como Gunelle, de Diane Lacombe; Rose, de Leigh Greenwood; Arabella, de Georgette Heyer; y también algunos en la literatura juvenil: Scarlet, Marissa Meyer; R y Julie, de Isaac Marion;
Optar por un título así requiere que el nombre elegido sea llamativo, me parece a mí. Tal vez en los casos de los clásicos no fuese tan llamativo esto, puesto que Emma no es un nombre realmente sorprendente o que destaque, mientras que el conjunto de decir David Copperfield sí lo puede ser, como Evelina, que no es un nombre común. En cuanto a los nombres elegidos en la novela romántica vemos que o bien son poco comunes o tienen una sonoridad atractiva, como Rose o Gunelle, un nombre que yo solo he visto en esa novela en particular. Y como vemos esta tendencia no es muy usada hoy en día en la novela juvenil, pero cuando es así busca llamar la atención.

Títulos que es mejor no traducir y títulos mal traducidos

En este apartado citaremos algunos títulos que por su musicalidad es mejor no traducir. Para esto utilizaré algunos casos de la novela juvenil que tienen títulos que no han sido traducidos y que según mi opinión esa ha sido una buena decisión. Así y todo, creo que estos casos son concretos y que solo deben darse en caso de que el título en inglés o en el idioma que sea se entienda con facilidad. Veamos el caso de Obsidian, Jennifer L. Armentrout, así como los siguientes títulos de la saga. Creo que el que mantuviesen en título original le ha hecho un buen favor a la novela, a pesar de que la traducción es sencilla y no hubiera cambiado mucho, al estar en otro idioma creo que nos llama más la atención. Otro caso es The Raven Boys, que mantiene el original a pesar de que cuenta con un subtítulo en español. Recuerdo que la editorial hizo una encuesta para saber qué título gustaba más a los lectores, yo voté por mantener el original y esto se mantuvo, creo que con gran acierto, porque traducir el título y que se quede en “Los chicos cuervos”  o algo similar es muy poco atractivo, y aunque lo solucionen  con “La profecía del cuervo” no me parece que la musicalidad de este título se pueda comparar al original en inglés.
Luego también tenemos títulos que han sido fatalmente traducidos y citaré el famoso caso de la obra de Oscar Wilde La importancia de llamarse Ernesto, un título que nada tiene que ver con su versión en inglés The importance of being earnest, o sea, “la importancia de ser honesto”. Aquí el traductor hizo lo que quiso y debido a la gracia que causó el título cuajó y ahora en español la obra de Wilde tiene un nombre que seguro, él jamás se pensó que tendría.

Títulos seriados

Con esta clase de títulos me refiero a aquellos que forman partes de sagas o series y que para mantener el denominador común en todas las novelas, siempre se incluye una palabra igual en todos los títulos de todos los volúmenes que componen dicha saga. Primer caso: Harry Potter. Como bien sabréis, los siete títulos de las novelas de magia de Rowling contienen el nombre de su protagonista y finaliza el título con alguna otra frase, pero al fin y al cabo siempre repetimos el famoso Harry Potter y… Esto puede ser bueno o malo, depende. No me molesta en esta saga, pero

se me hace pesado, y una vez más vuelvo a las novelas románticas, cuando una serie de es de Highlanders y a la fuerza todos los títulos de esta serie tienen que tener la palabra “highlander” en ellos. Por ejemplo: Para domar a un highlander, El highlander inmortal, El highlander oscuro, El hechizo de un highlander… ¿se entiende? Son todos libros de Karen Marie Moning. Ahí sí que me parece excesivo y repetitivo, aunque es una forma de dejar claro de qué va tu novela. También tenemos casos en la novela juvenil en el que se repite una palabra siempre, como en la saga de Kami García y Margareth Sthol, Hermosas criaturas, Hermosa oscuridad, Hermoso final… en fin, un recurso que se emplea bastante.
  
Títulos en latín

A mi juicio este es un truco muy bueno y muy útil y como escritora lo he empleado. Siempre que no sé qué título poner o que la versión en español no me gusta, me viene la mente la idea de traducirlo al latín. Siempre le da un toque distinto, exótico en cierta medida y una buena sonoridad. ¿El problema de esto? Que si le pones un título en latín a la mitad de tus libros, el efecto que tenía se pierde. En el caso de Antonio Muñoz Molina vemos que echó mano de este truco un par de veces en Beatus Ille y Plenilunio, son solo dos veces, está bien, pero yo diría que es el tope, si tuviera más libros con títulos latinos desentonarían.

Títulos largos y títulos cortos

¿Cuáles son más llamativos? Hay infinidad de títulos cortos como Puro o Fusión, de Julianna Baggott, como Play, Show y Live de Javier Ruescas. Títulos de una sola palabra como Éxodo o Revelación de Anissa B. Damom, como Medianoche de Claudia Gray, como Efímera o Fiebre de Lauren DeStefano… Son cortos, sí, pero al final, ¿resultan más llamativos que títulos más largos como Los hombres que no amaban a las mujeres o La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina de  Stieg Larsson?
  
Títulos buenos y títulos malos

Y para finalizar no haré una lista de títulos buenos y malos, haré una lista de títulos que me gustan y títulos que no, porque solamente podemos juzgar si uno es bueno o malo bajo nuestro criterio. Os animo a que en los comentarios me dejéis algún título que os haya llamado mucho la atención y otro que os parezca soso, aburrido o poco acertado. Os pongo dos listas de títulos que me gustaron y otros que no me llamaron mucho la atención, pero solo hablo de títulos y no del contenido del libro.

Aquí os pongo algunos títulos que me llamaron la atención porque suenan bien o porque son distintos:
· Follas Novas, Rosalía de Castro
· Plenilunio, Antonio Muñoz Molina
· El retrato de Dorian Gray, Oscar Wilde
· La voz a ti debida, Pedro Salinas
· The Raven Boys, Maggie Stiefvater
· Dónde los árboles cantan, Laura Gallego
· La hora sexta, H. Kramer
· Gunelle, Diane Lacombe
· Luces de Bohemia, Ramón del Valle-Inclán
· Cazadores de sombras, Cassandra Clare
· El señor de los anillos, J.R.R.Tolkien
· El sueño de una noche de verano, William Shakespeare

Títulos que me parecen simples, comunes y en el caso del penúltimo título citado una imitación que no me hizo gracia:
· Siempre, Maggie Stiefvater
· Medianoche, Claudia Gray
· Del odio al amor, Connie Brockway
· Cambio en tres, Carlos Casares
· Despierta, Beth Revis
· Secretos de una noche de verano, Lisa Kleypas
· Juntos, Ally Condie

Y hasta aquí mis listas. Para mí un buen título puede ser aquel que tiene una sonoridad llamativa, como Gunelle, o que transmite una idea curiosa, original y diferente, como Donde los árboles cantan o Sueño de una noche de verano, pero que al mismo tiempo guarda relación con el contenido del libro. Como ya vimos bien puede ser un nombre especial, una oración peculiar o una idea que nos llame la atención. Por otro lado, los títulos que menos me entusiasmaron no son malos títulos, solo son títulos que no despertaron mi interés a simple vista y aquellos que en mi opinión no llaman mucho la atención. Para mí sobre todo entran en este grupo ideas vacías que estamos hartos de ver y oír y que pueden significar muchas cosas, como Siempre o Medianoche.
Y aquí finaliza esta entrada sobre mis desvaríos literarios, espero que os haya parecido interesante y curiosa y agradezco todos los comentarios que vengan.

4 comentarios :

  1. Excelente reflexión, Galena. El tema de los títulos siempre es complicado. Lo de las traducciones es todo un caso y creo que el de Wilde es el mejor ejemplo porque el juego de palabras quedó completamente anulado al traducirlo (también pasa con las películas que traducen con títulos que nada que ver).
    Los títulos en latín me flipan. De hecho, una colega me recomendó eso para mi miniserie y yo aún sigo sin encontrarle uno.

    PD: gracias por nombrar La Hora Sexta ;)

    Saludos!

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    1. Hola Kramer, tienes razón, en las películas también pasa mucho y sé lo difícil que es ponerle un título a una obra propia con el que quedes satisfecho. Espero que con el tiempo encuentres uno que te guste para la miniserie.

      ¡Un abrazo!

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  2. ¡Fantástica entrada! Me ha gustado mucho y está muy currado. Me pasaré a leerla siempre que la publiques.

    En cuanto a libros que me hayan llamado la atención te puedo poner alguno:

    - Croquetas y wasaps de Begoña Oro. El libro lo gané en un sorteo y la verdad es que me hizo mucha ilusión porque me llamaba mucho la atención este libro por ese nombre tan peculiar.
    - La sonrisa de las mujeres de Nicolas Barreau. Me encanta ese título, es como un piropo dedicado a todas las mujeres.
    - Las cosas que no nos dijimos de Marc Levy. Con esas palabras me enganchó por completo para averiguar qué había detrás.

    Saludos de La Domadora de libros =)

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  3. A mí por lo general me suelen llamar la atención los títulos largos casi imposibles de memorizar, por ejemplo El hombre que confundió a su mujer con un sombrero o El abuelo que saltó por la ventana y se largó... Ese tipo de títulos que además de largos, te hacen pensar en qué demonios será lo que esconde siendo tan raro como lo es :)

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